« El fantasma de la electricidad aulla en los huesos de su cara », el mejor verso del rock americano (Dylan) se manifiesta en « Rayo » la película de Manuela Morgaine que (4 horas, en cuatro partes) acabé de ver ayer.http://foudre-lefilm.com/
« Foudre », título original francés, no es sólo cine moderno, es arte moderno. Difícil de contar lo que el film transmite me es más fácil enumerar sus contenidos: gentes que han sobrevivido a un rayo (alguno porque el rayo bajó por una larga cremallera hasta las botas), una bailarina que el rayo dejó en silla de ruedas pero que dice que todo lo que ella es se lo debe a aquel momento, el tercer movimiento de la 9ª sinfonía de Beethoven, los derviches y sus arrobamientos, una pasión por rodar y dedicar diez años a esta película, viajes por paises como Túnez, Libia o Siria que inmediatamente después se volvieron invisitables, ¿qué es la melancolía?, el electroshock o rayo controlado, Simón el estilita y una maravillosa lista, siglo a siglo de todos los majaretas que como él vivieron su vida encima de una columna, atrayendo al rayo, música moderna y étnica de Philippe Langlois, el Eufrates (ay, río que falta en mi colección), la romana Palmira y la historia del kama, la isla de Sutra (¿inventada?, creo que sí), Marivaux el gran autor francés de donde viene el « marivaudage » del que hablaba con Paulino Viota recientemente, cuarteto de Haydn, la admiración de Boris Nelepo y otros críticos que colaboran con la Revista Lumière como Vassilis Economou, una gran web, link más arriba, que invito a visitar, el amor por unos colaboradores psiquiatras, músicos, arqueólogos, cazadores de tormentas o astrónomos que nos cuentan en maravillosas letanías que nuestra sangre viene del núcleo de las estrellas, sensaciones de similitudes con Arrabal o el cine de Los Hijos, el Mediterráneo y el conocimiento clásico de Alejandría, las columnas de jabón de Alepo, un epílogo en una discoteca con repaso a muchos personajes que desfilan por once siglos, el zig zag como forma, el Festival de Rotterdam, más que una película es una experiencia, el fantasma de la electricidad.
Felicidades, Manuela.
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« El fantasma de la electricidad aulla en los huesos de su cara », el mejor verso del rock americano (Dylan) se manifiesta en « Rayo » la película de Manuela Morgaine que (4 horas, en cuatro partes) acabé de ver ayer.http://foudre-lefilm.com/
« Foudre », título original francés, no es sólo cine moderno, es arte moderno. Difícil de contar lo que el film transmite me es más fácil enumerar sus contenidos: gentes que han sobrevivido a un rayo (alguno porque el rayo bajó por una larga cremallera hasta las botas), una bailarina que el rayo dejó en silla de ruedas pero que dice que todo lo que ella es se lo debe a aquel momento, el tercer movimiento de la 9ª sinfonía de Beethoven, los derviches y sus arrobamientos, una pasión por rodar y dedicar diez años a esta película, viajes por paises como Túnez, Libia o Siria que inmediatamente después se volvieron invisitables, ¿qué es la melancolía?, el electroshock o rayo controlado, Simón el estilita y una maravillosa lista, siglo a siglo de todos los majaretas que como él vivieron su vida encima de una columna, atrayendo al rayo, música moderna y étnica de Philippe Langlois, el Eufrates (ay, río que falta en mi colección), la romana Palmira y la historia del kama, la isla de Sutra (¿inventada?, creo que sí), Marivaux el gran autor francés de donde viene el « marivaudage » del que hablaba con Paulino Viota recientemente, cuarteto de Haydn, la admiración de Boris Nelepo y otros críticos que colaboran con la Revista Lumière como Vassilis Economou, una gran web, link más arriba, que invito a visitar, el amor por unos colaboradores psiquiatras, músicos, arqueólogos, cazadores de tormentas o astrónomos que nos cuentan en maravillosas letanías que nuestra sangre viene del núcleo de las estrellas, sensaciones de similitudes con Arrabal o el cine de Los Hijos, el Mediterráneo y el conocimiento clásico de Alejandría, las columnas de jabón de Alepo, un epílogo en una discoteca con repaso a muchos personajes que desfilan por once siglos, el zig zag como forma, el Festival de Rotterdam, más que una película es una experiencia, el fantasma de la electricidad.
Felicidades, Manuela.
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